Mientras la media baja que me queda, que ya me permite pensar un poco, la dedico a romperme los cuernos para encajar una distribución decente de módulos de estanterías para el nuevo estudio, el teléfono se desquicia y se pone a sonar, sin parar, pero no es que llamen constantemente, es que se ha quedado enganchado con la última llamada entrante y el riiiiiiiinnnnngggggggggg no se termina y se me ha incrustado en el cerebro... y entonces veo esto y ya no sé si es que estos suecos nos engañan como quieren o son consecuencias de la locura producida por el daño cerebral.
2 comentaris:
Jeje, y yo que pensaba que me ibas a recomendar una estantería...
Desde luego, estos suecos son muy raros, yo no sé qué les ve la señorita de la bufanda naranja...
jaja... lo de tu estantería se está prolongando demasiado...
yo me puedo imaginar lo que la "señorita de la bufanda naranja" puede ver... o intuir :P
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