dijous, 10 de desembre del 2009

Algunas personas que me hacen empezar la mañana con una sonrisa

Las jornadas se hacen duras, y más con el estrés laboral del que ya he hablado. Pero en mi rutina han entrado algunas personas que me hacen llegar al estudio cada mañana de buen humor.
Cada mañana, en el camino de casa al metro, paso por la puerta de una frutería. Y a las 8.05 el frutero arregla la fruta y me da los buenos días con una sonrisa.
Cada mañana, en el trayecto del metro, me siento cerca de unas mujeres mayores. Y a las 8.14 llevan un cachondeo como el que puedo llevar yo un sábado después de una cena con alcohol y no me dan los buenos días pero me contagian su sonrisa.
Cada mañana, en la cafetería que hay al salir del metro, entro a desayunar. Y a las 8.38 me espera mi camarero favorito con un café solo, y me da conversación y me desea un buen día y un hasta mañana con miles de sonrisas.
Cada mañana, en el tramo entre la cafetería y el estudio, piso un suelo recién fregado. Y a las 8.48 el señor que lo acaba de limpiar me sonríe mientras me dice "¡Buenos días, señorita!"
Así que cada mañana me siento como en un musical infantil. Y me da energía para rato.

2 comentaris:

la señorita de los complementos geniales ha dit...

ohh, qué bonito! felicidades por saber disfrutar de las ppequeñas cosas!

muuuakas!

Raquel* ha dit...

No siempre hay grandes cosas, pero las pequeñas siempre están ahí, así que disfrutando también de ellas te aseguras sonreír siempre! ;)