dilluns, 2 de març del 2009

Domingo interesante

Tras una cena tranquilita entre amigos en casa de uno de ellos y una copa en la sala Velvet, mientras Marc (LHR) pinchaba en ese ambiente tan rojo; me fui a dormir. Sin prisas, escuchando la radio y leyendo un rato.
El domingo por la mañana, después de desayunar con el periódico, cogí el metro hacia Valencia. Me encanta la sensación de viajar en el metro de día y sin apenas gente. Una de las cosas buenas que tiene el IVAM es el paseo que hay desde Turia hasta llegar a él. Pasar por el muro que pide salvar al Botànic, comprobar que el Jardín de las Hespérides sigue allí, intacto, aunque haga mucho que no lo pisas; ver esos árboles centenarios que espero se salven de verdad, el bosque de pinos de lo que un día fue un río, el teatro de marionetas de la calle Turia... Y ya llegas a las escalinatas del museo y "la señorita de la bufanda naranja" te está esperando allí. Entramos a ver dos exposiciones: "Julio González VS Pablo Picasso", que tendrán mucho renombre pero no creo que fuese necesario exponer cada página del cuaderno de estudio de Picasso para Las señoritas de Avignon, para mi, por lo menos, vistas un par vistas todas sin necesidad de llenar tanta sala con lo mismo. La otra era "Mingote. La vida cabe en un dibujo", mucho más concisa y variada. Me reí mucho. 
De ahí, callejeamos un poco por el barrio del Carmen hasta llegar a la tasca El Botijo en la plaça Sant Miquel, cuya terraza encontramos perfecta para la ocasión. Allí, "el señor de las estrellas viajeras" llegó para acompañarnos en las cervezas y tapas y música histórica (Rolling, Beatles, Doors, Who...). Al rato llegó mi hermano, dándole el relevo a la "señorita de la bufanda naranja", con una bolsa de la FNAC y el dvd de "La luna en botella" dentro. Ya la he visto, luego cuento...
Y cuando el sol empezaba a querer deshacerse de las nubes, nos despedimos del "señor de las estrellas viajeras" y nos dirigimos con la masa hacia la plaza del Ayuntamiento. Y allí vimos la primera mascletà del año. Peñarroja me provocó escalofríos... aunque creo que me pasa cada 1 de marzo en esa plaza...
En definitiva, poquita gente a mi alrededor que, además, parecía que se fuesen turnando; pero de muy buen rollo. Y al llegar a casa me esperaba una fideuà en familia, y una siesta dominguera tapada por el sol que acabó saliendo. Ya tenía ganas de acabar un domingo con la sensación de haberlo aprovechado. Y éste puedo decir que ha sido de esos. Salir el sábado por la noche no lo impidió. Como ya decía en alguna entrada anterior, lo único que ha estropeado un poco la mañana del domingo fueron las nubes que taparon el sol.