dilluns, 26 d’octubre del 2009

Galiza: día 5 y vuelta

DÍA 5: Los sueños en una caravana pueden llegar muy lejos, pero no los dejamos desmadrarse y nos levantamos a una hora prudencial. Las Islas Cíes las tendríamos que ver desde la ría, pero la ilusión de embarcar la conseguimos llevar a cabo. El plan alternativo consistía en ir a Vigo en barco en lugar de en coche. Y salió muy bien.
Bajamos a Cangas a comprarnos esa comida-picnic con cosas típicas del lugar pero, como el día anterior, lo único típico fue el queso de tetilla. Y de Cangas cogimos el bus-barco a Vigo, que quedaba en la costa de enfrente de la ría. Se notaba claramente quién era el gallego y quién el guiri: los gallegos iban dentro leyendo o echando una cabezada y los guiris, en cubierta haciéndonos fotos...
Al llegar a Vigo pasamos por el Tourist Info de rigor, dimos una vuelta por su pequeño Casco Vello (decadente pero encantador, como la parte antigua de tantas ciudades marineras), nos sentamos en una terraza de la Praza da Constitución (considerada la plaza mayor, con sus soportales y todo) a descubrir que la sombra de un pato y la de una gaviota son iguales, compramos crema de orujo y vimos el Mercado da Pedra... con sus ostreiros limpiando y vendiéndo sus ostras en plena calle. Y como ya era casi hora de comer, nos pillamos una docena y nos metimos en la Marisquería Bahía a comérnoslas y a hacer el pulpo (aquí no nos lo comimos...). Y allí, con el estómago ya abierto, la boca hecha agua por lo que veíamos, y el bolsillo feliz por los precios que marcaban las raciones; nos llenamos también de mejillones al vapor, de tigres, y de alguna cosilla más... Los percebes nos quedaron por probar, será en la próxima visita. Y de ahí, a un centro comercial nuevo que hay en el puerto a hacer tiempo hasta que saliese el barco y a comprar los regalitos de rigor...
En Cangas volvimos a coger el coche, pero si nos hubiésemos subido directamente, nos hubiésemos cocido como los mejillones, así que nos tomamos un helado en la Fiorentina mientras el coche se refrescaba. De ahí nos fuimos a Praia do Lago, en Bueu... playa orientada a poniente, y allí nos pasamos la tarde bañándonos; el atardecer, charrando, posando y cenando lo que nos habíamos comprado para comer; y la lluvia de Perseidas de la noche cerrada, soñando.

DÍA 6: Era el último choleck para desayunar, casi de madrugada... Tempranito nos despedimos del amanecer en Praia de Limes y pusimos rumbo a Valencia. Paramos a almorzar en un bar donde no nos querían alimentar y a comer, ya pasado Madrid, en un bar que más parecía un pub. Quizá los días anteriores nos habían acostumbrado mal... Un accidente de tráfico en Bunyol nos retrasó una hora; pero sin más incidentes llegamos a mi casa. Yo tenía que cambiarme la maleta en unas horas porque la mañana siguiente volaba hacia Eivissa. Mis compañeros de viaje aún tardarían un rato en llegar, se perdieron de vuelta a casa...


Viaje completo: intro, día 1, día 2, día3, día 4.